7:30 a.m. Jueves 12 de octubre.
En el lobby del hotel Georgian, ella escribirá las tediosas labores que él la llevó a hacer.
Sentada sobre una silla con cojines de terciopelo rojo, apoya su agenda en la mesa que hace juego con la silla, la alfombra y la decoración del lobby de aquel prestigioso hotel.
Escribe la lista de sus quehaceres, escribe palabras que se convertirán, a eso de las 10:00 p.m., en acciones y tareas cumplidas.
Escribe todo lo que necesita, sin entrar en muchos detalles, solo escribe la palabra general de lo que tiene que hacer, por su bien, por el bien del hogar.
Escribe y enumera las labores una a una, en orden de prioridad.
Las más lejanas son las que ella necesita realizar para su propio bienestar, pero que también serán las más complejas de lograr.
Escribe rápido, porque sabe que está alcanzada de tiempo; escribe un poco ilegible, pero da igual, porque esa lista es solo para ella:
- Comprar bolsas negras de basura
- Comprar huevos, leche y cereal
- Llevar la ropa a la lavandería
- Recoger las camisas de la lavandería
- Plancharle las camisas
- Doblarle las camisas
- Ponerlas en orden de color en el clóset
- Lustrarle los zapatos
- Pagar el recibo de la luz
- Afilar los cuchillos
- Preparar la cena
- Prepararle el baño caliente y espumoso a Juan
- Matarle cuando esté adormilado en la bañera
- Limpiar el desastre ocasionado
- Sacar la basura
- Ir al cinema
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