El día que hablamos no nos pudimos conectar. No importa, yo te entiendo porque, como dice Humberto Polar, la publicidad
es todo un océano con 1 cm de profundidad y mis palabras vienen desde lo más adentro. Así que para que tú y yo una conversación pudiéramos entablar, tendrías que ponerte un traje de buzo y nadar, bajar, nadar, llegar a temas espesos, incómodos, hablar con verdad, llegar al origen del sentimiento para que nos podamos identificar. Pero vos, desde la superficie, solo sabes surfear, un manifiesto estructurado, perfecto, que repites y repites sin cesar. Además, cuando uno está en la cima no puede escuchar a los que desde abajo hablan.
Por eso, para que me escucharas yo tendría que gritar o fingir que me importa mucho andar con el más capo de la publicidad y sacar la lengua para lustrarte el ego mientras te escucho nombrar todos los premios, premios que se inventan entre ustedes mismos y que el único problema que solucionan es su falta de seguridad. Porque hasta conceptualmente eligieron un símbolo para idolatrar que representa muy bien lo que hacen para sobresalir en publicidad. Y si no sabes lo que un león significa, yo te lo puedo contar: un león no sale a cazar, él espera a que las leonas le lleven la presa, él espera a que los demás piensen la estrategia, él, cuando en su manada siente competencia, se come las crías porque nadie más puede brillar.
Es mentira que en grupo se trabaje, porque siempre estará el león viejo con hambre, que te roba las ideas y figura en todas partes, de ese león que en los pasillos de la agencia mal se habla, pero que nadie tiene el valor de encarar, desarmar, desmitificar. Tú crees que con solo publicar “simple” en un post que ni vos mismo escribiste y recibir los 100 comentarios
en el perfil ¡ya cumpliste! Te imagino revisando el celular cada segundo para cerciorarte de que aún esté ahí tu estabilidad personal. Pero claro, las cifras son tan importantes que incluso para los casos se tienen que inflar. Si te eliminan del grupo de amistad,
a los 3 segundos estás enviándola de vuelta.
¿Está todo bien en casa? ¿Las ideas no te alcanzan para hacer amigos de verdad? Ser jefe no es ser director, para eso te falta mucha humildad, pero no la que ustedes profesan, sino humildad real, esa que hace ver a todos como parte de un mismo equipo, esa que permite al más joven confiar. Pero ¿qué van a saber ustedes de eso, si al junior o al senior lo clasifican según
el nivel de bullying que pueda aguantar?
Así que para que tú y yo una conversación pudiéramos entablar, tendrías que ponerte un traje de buzo y nadar, bajar, nadar.
Así que para que tú y yo una conversación pudiéramos entablar, tendrías que ponerte un traje de buzo y nadar, bajar, nadar.
Y ya para mi idea terminar…
…Me gustaría confesar...
…Que estas son palabras de una persona frustrada, enojada, cansada, agotada, desgastada, subestimada, que se muere por encajar en un puesto de trabajo donde se piensa para las personas de a pie, como lo son tu mamá o mi papá. Ese lugar donde se comunica con empatía, se hacen amigos y en la cálida complicidad puedan emerger las ideas a la exterioridad y se lleguen a insights que nos causen en el pecho un rápido palpitar porque se piensan con total honestidad, y cada medio impreso o digital al mismo arte pueda inspirar. Porque cuando un concepto es memorable hasta una revolución puede crear en este inmenso mar de posibilidades que permite surfear o bucear.
Así que para que tú y yo una conversación pudiéramos entablar, tendrías que ponerte un traje de buzo y nadar, bajar, nadar.
Así que para que tú y yo una conversación pudiéramos entablar, tendrías que ponerte un traje de buzo y nadar, bajar, nadar.