Cada detalle, instante, momento y lugar te van contando una historia.
Vas haciendo un camino por el mundo, vas dejando huella.
Eres libre, lleno de vida, con alas grandes y coloridas, para que el universo las pueda diferenciar acompañándote al andar; al son de la buena música, buena comida y muchos porritos que fumar.
Aprendes a amar a los extraños, y los desconocidos son tus mejores amigos; los llevas dentro del alma y el tiempo los convierte en tesoros e historias que contar.
No tienes edad, pues el tiempo no existe; solo tienes un presente y lo vives como si fuera el último minuto, porque el pasado te espera en casa y el futuro está por nacer.
Te reconoces, confías en tu instinto, estás consciente y tienes todo lo que necesitas; sabiendo que siempre falta todo por aprender, mucho por amar, comida por probar, porros por armar, canciones por cantar, viajes por empacar, recuerdos que guardar, vida por vivir.
¡A volar!
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